Hay una fuente ilimitada de creación en la naturaleza humana, esta fuente al no ser utilizada en consonancia con los deseos profundos de cada ser, se transforma en dolor y neurosis. Cualquier acto contrario a nuestra verdadera naturaleza crea síntomas neuróticos y desconexión personal.
Vivimos en una sociedad neurotizante que muchas veces paraliza el flujo natural de los deseos e instintos, esto provoca lo que conocemos como el “mal”. Las fuerzas de la vida siempre están en un proceso de creación, sostenimiento y destrucción. Esta triada es de vital importancia para ejercer una vida plena.
Desbloquear la creatividad.
